Una vez más, de la mano de Antonio Campos Pardillos, pudimos disfrutar de una estupenda mañana recorriendo los antiguos caminos de la huerta de Alicante.
Alicante Cultura, organizador de este itinerario, nos brindó esta excelente oportunidad de conocer una parte muy importante de nuestra historia.
Las Torres de la Huerta fueron construidas durante los siglos XVI y XVII como refugio frente a las inscursiones berberiscas que se producían en estas tierras. Todavía permanecen en pie 19 torres en la zona de La Condomina, en desigual estado de conservación, pero todo un lujo para quien quiera acercarse a ellas y disfrutar.
El punto de encuentro fue la parada del TRAM de Lucentum (Vía Parque junto a la avenida Miriam Blasco).
Nos dirigimos hacia la Torre Sarrió enclavada en la glorieta Deportista Carolina Pascual, donde nos vimos obligados a cruzar los tres carriles de la calzada ya que no existe paso de cebra para acceder (!!!).
Frente la Torre Sarrió comenzó la explicación de Antonio Campos Pardillos que consiguió trasladarnos a esa época y que, de vez en cuando, mirásemos a nuestras espaldas no llegase una nueva incursión de piratas.
Accedimos al interior para contemplar la planta baja de la casa y el acceso a la Torre.
Luego encaminamos nuestros pasos hacia la Torre Ciprés, ubicada en el camino del mismo nombre.
A unos pocos metros de la torre se encuentra la ermita, en un lamentable estado de conservación.
En el suelo frente a la puerta de la ermita vimos como la maleza va invadiendo de nuevo el pavimento de canto rodado que apareció hace unos meses (El tesoro de la ermita del Ciprés) y nadie ha intervenido en su conservación (!!!)
Estado actual |
Abril-2013 |
Abril-2013 |
Abril-2013 |
Luego visitamos la Torre Mitja Lliura donde pudimos acceder a su interior.
Grafitis en la escalera de la Torre |
El siguiente objetivo fue la Torre Placia. Nos la encontramos rodeada y asfixiada por las urbanizaciones, sentencias judiciales y resto de historias. Para colmo una valla impide acercarse.
La siguiente parada fue para echarse a llorar, vimos los restos de la Torre Tres Olivos que fue derribada en los años 80 para facilitar el acceso a unas parcelas. La torre más alta de la huerta se ha convertido en un pequeño montículo invadido por la maleza.
Recorriendo el camino de Benimagrell llegamos a Torre Reixes, torre y casa convertidas en restaurante y muy bien conservadas. Aquí sí que pudimos disfrutar tanto de la casa como subir a la torre.
Grafitis en una habitación de la torre |
Siguiendo por el mismo camino llegamos a la Torre Boter.
Y pasamos a visitar la Finca Carreres en total abandono. Parece que está esperando que una máquina excavadora termine con ella y pasar al ovido como tantas otras casas de la huerta.
Y en último lugar se pasó por Torre Conde, cercana al camino de la Huerta y próxima al Montemar.
Una estupenda mañana disfrutando, entristecidos por el estado de algunas torres y enriquecidos por tocar nuestra historia.
Unos fragmentos del itinerario están disponibles en Youtube.
En Google Maps está disponible el itinerario.