Éste discurría entra la ermita y la torre, en el espacio que en la actualidad ocupan una maraña de matojos, restos de poda y enseres varios. Es difícil imaginar que por ahí discurría uno de los caminos de la Huerta de Alicante.
Posteriormente, se modificó el trazado para sortear la torre por su cara norte, condenando este tramo a la desaparición.
La ermita lleva el mismo destino, se va deteriorando cada vez más y presenta un lamentable estado.
Lo que no podíamos imaginar es que guardaba un tesoro oculto.
Delante de la puerta de la ermita, "alguien" ha desbrozado las matas y ha apartado la tierra. Dejando al descubierto un bello pavimento de canto rodado.
Aspecto que presentaba en enero del 2011 |
Aspecto que presenta en abril del 2013 |
Como indica Santiago Varela, en su libro "Arquitectura Residencial en la Huerta de Alicante", el pavimento de canto rodado aparece tanto en los vestíbulos (Palacio de Labradores, Torre Bosch) como en el exterior. El objetivo era impedir que se formase barro o polvo delante de la puerta, evitando que la humedad afectase a la construcción.
El problema es que se ha dejado a merced de los agentes climáticos y, lo que es peor, a merced de otros "agentes" que pueden ocasionar daños irreparables en uno de los pocos tesoros de nuestra huerta.
Es realmente bello. Muchas gracias.
ResponderEliminarLo antiguo y lo olvidado siempre esconden tesoros ocultos para quienes como tú saben apreciarlos. Me pregunto quién habrá desbrozado el suelo. Quizá alguien preocupado porque no se pierda del todo la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.